En la
mitología, los
gigantes son criaturas humanoides de tamaño y fuerza prodigiosos, un tipo de
monstruo legendario que aparece en historias de muy diferentes razas y culturas. Suelen ser violentos y se dice con frecuencia que comen humanos, especialmente niños. Otros, sin embargo, son simpáticos e inteligentes, como los gigantes de
Oscar Wilde.
La diferencia de tamaño ha sido una forma de enfatizar la importancia de ciertos personajes tanto como para denostarlos como seres monstruosos aunque de forma humana. Abundan las referencias a gigantes en la mitología antigua. Los gigantes
támbien figuran en gran cantidad de
cuentos de hadas e historias folclóricas, como en
Pulgarcito.
Origen de la creencia en gigantesEs posible que las historias de gigantes provengan de restos de antiguas civilizaciones.
Saxo Grammaticus, por ejemplo, argumentaba que los gigantes tenían que existir, porque ninguna otra cosa explicaría los grandes muros,
monumentos de piedra, y
estatuas que ahora sabemos que eran los restos de construcciones
romanas. Similarmente, el poema anónimo anglosajón
El navegante habla de altos muros de piedra que eran obra de gigantes. Los gigantes proporcionaban la explicación menos complicada para tales artefactos.
Los
cíclopes pueden tener su origen en cráneos de
elefantes prehistóricos hallados en
Sicilia. Si no se sabe qué aspecto tiene un elefante, el lugar donde se sitúa la trompa en el cráneo puede malinterpretarse como una cuenca ocular gigante.
También se usa coloquialmente el término «gigante» para aquellos humanos inusualmente altos, o que padecen alguna forma de
gigantismo.
Los
gigantes y cabezudos son personajes de desfiles callejeros en las fiestas
españolas.
[editar] Los gigantes en la historia antigua
[editar] Gilgamesh y Enkidu
El primer
mito que se conoce relacionado con gigantes es el de
Gilgamesh, perteneciente a la
mitología sumeria. De él se decía que alcanzaba una altura en
codos equivalente a 5,60
m, siendo un caso de altura percibida positivamente, para realzar su valor de
héroe y rey.
Enkidu, su compañero en la
Epopeya de Gilgamesh aparece como un ser primitivo, incivilizado e incluso practicante del
bestialismo, aunque no deja de ser un personaje positivo que se convierte en compañero del héroe.
[editar] Krishna y Putana
En la
mitología hindú aparece la
demonia Pétana, con sus
poderes místicos pudo convertirse en una mujer de estatura normal y acercarse a
Iashodá para pedirle amamantar a su hijo
Krishna. Éste, al tomar del pecho envenenado exprofeso por la
vampiresa, la mató instantáneamente al extraer su
prana («energía vital»).
Pétaná alcanzó de inmediato el mundo espiritual (sin necesidad de
reencarnarse para purificarse) debido a que Krishna la aceptó como madre o nodriza.
[editar] Mitología griega
Ya la
mitología griega hablaba de los
Hiperbóreos, gigantes que vivían más allá de los
vientos del norte y dentro de sus mitos encontramos grandes referencias a
gigantes, entre ellos los
titanes, incluyendo a
Prometeo, que dio el fuego a los hombres.
También eran gigantes los
cíclopes de la
Odisea de
Homero, de los cuales el más famoso fue
Polifemo, quien capturó a los hombres comandados por
Odiseo con el fin de devorarlos. Polifemo es vencido por la inteligencia del griego, en un enfrentamiento desigual.
[editar] Mitologías germánicas
En la
mitología nórdica, los gigantes (
Jotuns) luchan con frecuencia contra los dioses. En particular, en las mitologías del norte de Europa derivadas del culto a
Odín aparecen los
gigantes de hielo, en eterna lucha contra los
Ases. Los propios Ases derivan de la unión de la giganta
Bestla y el dios
Bor, y en la apocalíptica batalla final de
Ragnarök los gigantes de hielo asaltarán
Asgard, hogar de los dioses, y provocarán el fin del mundo. En la forma más elaborada de esta mitología recogida en la prosa y poesía de
Edda, los gigantes son el origen de la mayoría de los monstruos de la mitología nórdica (por ejemplo, del lobo
Fenrir), aunque en ocasiones se relacionan de forma más amigable con los Ases.
El padre de los Jotuns fue
Ymir, el primer ser viviente que existió de acuerdo con el mito de la creación de la mitología nórdica. Los demás gigantes nacieron de su sudor.
Las historias de combates con los gigantes son comunes en el
folclore de
Gales e
Irlanda. Desde ahí los gigantes pasaron a los romanceros
bretones y
artúricos, y de estas fuentes se divulgaron a los cuentos heroicos de
Torcuato Tasso,
Ludovico Ariosto, y su seguidor
Edmund Spenser. El gigante
Desesperación aparece en
El progreso del peregrino de
John Bunyan. Las mitologías
nórdica y
anglosajona también son ricas en historias de gigantes, que aparecen aquí como una raza separada pero semejante a la de los
dioses, y luchan con frecuencia con
Thor. Los
ogros y
troles son criaturas humanoides semejantes a los gigantes que también aparecen en el
folclore de varias regiones
europeas.
[editar] Cultura hebrea
Dentro de la
historia hebrea, la
Biblia recoge la existencia de una raza de gigantes llamada «
Nephilim». El
Génesis afirma que «Había gigantes en la tierra en aquellos días, y también después que se llegaron los hijos de Dios a las hijas de los hombres, y les engendraron hijos. Estos fueron los valientes que desde la antigüedad fueron varones de renombre» (
Génesis, 6:4). En este versículo «gigante» es una traducción del hebreo «Nephilim». La tradición posterior a la Biblia sostiene que
Nimrod era un miembro de esta raza.
Para la
Biblia la raza de los gigantes surgio de la la union de los hijos de Dios con las hijas de los hombres (genesis 6: 4) pero antes de estas union ya existian estos seres genesis 6: 4. Sin embargo es dentro de la
Biblia donde podemos encontrar una mayor cantidad de referencias:
Génesis 6.4 ;
Deuteronomio 2.10, 3.11.18;
Josué 12.4, 13.12, 15.8;
2º Samuel 21.16;
1º Crónicas 20.4-7 y
Job 16.15.
[editar] Goliat y David
Uno de los gigantes bíblicos fue
Goliat, con quien luchó el rey
David. En los mitos
hebreos se cuenta la historia de
Goliat, el último descendiente de los
nephilim, una raza híbrida de los
hijos de Dios y las
hijas de los hombres , según el
Antiguo Testamento. Su derrota en manos de la honda del pastor
David fue —además de una liberación para el pueblo
judío— una
metáfora para demostrar la superioridad de alguien
a priori en desventaja; representando éste el mismo «pueblo elegido».
Es necesario notar que la altura descrita en la Biblia acerca de Goliath es de aproximadamente 2,80 metros; mientras que
Robert Wadlow quien mantiene el récord Guinness del hombre más alto en la historia moderna medía 2,72 metros a la edad de 22 años.
[editar] Mitología vasca
En la
mitología vasca, aparecen dos tipos de gigantes. Los gigantes tales como los
Jentilak y
Mairuak, fueron los constructores de los
dólmenes,
Trikuharriak en euskera y
menhires (los
Harrespil o las
Zutarri por ejemplo). Tras la
cristianización, los gigantes fueron olvidados. Cuenta la leyenda que cuando los gigantes vieron una luz brillante en el cielo, fueron directamente al hombre mas viejo y sabio, el cual, sin ninguna duda, avistó el nacimiento de "Kixmi" (Cristo en antiguo vascón), y proclamo el fin de su raza de inmediato y todos los gigantes incluido el sabio se tiraron por el vecino precipio, otros se escondieron bajo las piedras, las cuales a partir de ese momento se denominaron "Jentilarri". El único que quedó fue
Olentzero, un
carbonero que según la leyenda debía avisar de la llegada del fin de la raza. Hoy en día se ha asemejado más con el cristianismo y realiza el papel de traer regalos el día de
Navidad en Vasconia.
Por otra parte está
Tartalo(con variaciones como
Torto o
Alabari), es un cíclope antropomorfo, gigantesco, con un solo ojo en medio de la frente. Su tamaño es descomunal al igual que su fuerza, y su entretenimiento favorito es tirar piedras de un monte a otro. Cuenta la leyenda, que debido a este entretenimiento se crearon varias construcciones existentes hoy en día. Al contrario que otros personajes también gigantes, como los "Jentilak", Tartalo es perverso, de instintos salvajes y muy agresivo. Se alimenta de niños e incluso adultos de vez en cuando. Se cree que habitaba en el monte Saadar en Zegama (Gipuzkoa) donde hay un dolmen llamado Tartaloetxea (casa de Tartalo). Tartalo era poseedor de un anillo mágico que le servía para controlar a sus presas, ya que al grito de "Non hago?"(¿Dónde estas?) por parte de Tartalo, el anillo respondía "Hemen nago, hemen nago"(Aquí estoy, aquí estoy).